Me cayó como un balde de agua helada. ¿Cómo dijiste? Le
pregunté.”Que llamo tu abuela, quiere que la visitemos el fin de semana”. Se me
hacia una tontería alucinar por algo que no tenía sentido.
Después de media
hora de mirar la TV, la noche cayó. De la nada la puerta se abrió lentamente.
Era mi hermana. ¿Dónde andabas tonta? Me tenías preocupada, le dije. “Que te
importa” me contesto y paso a mi lado sin siquiera mirarme. Ella estaba molesta
todavía. “Volví mamá” dijo entre dientes.
“A lavarse las manos, ya es hora de cenar” dijo mi madre.
Y aun bajo ese mandato mi hermana nunca salió de su habitación. Algo, y de eso
estaba segura, no andaba bien. Estaba demasiado misteriosa. Yo creo que no baja
para no tener que verme. Tal vez sigue demasiado enojada. Apezar de que ella
había aparecido, mi preocupación no cesaba.
¡Maldita sea! Y ahora como le hago para saber que se
trae. Cuando esté dormida entraré a su cuarto, pensé.
Ya entrada la media noche, cuando todos estaban dormidos,
me decidí a investigar. Camine por el corredor hasta su habitación, abrí la
puerta y entré. Sonó la campana que tenía en lo alto de la puerta, la que
siempre suena cuando uno entra o sale. Ella se movió pero no se despertó, para
mi buena suerte, mi hermana duerme como oso invernando. Recorrí el cuarto con
la mirada, pero no vi nada inusual. Camine de un lado a otro, abrí el closet,
miré en los cajones y hasta busque debajo de la cama, pero nada. Todo normal o
al menos eso parecía.
Son puras alucinaciones mías, me dije. Caminé hacia la
puerta del cuarto. Me disponía a continuar con mi sueño cuando recordé que
entre sus tantas curiosidades, detrás de toda su ropa, dentro del closet, tenía
un cajón que nadie aparte de mi conocía. Regresaba a su habitación cuando
encontré a mi padre “¿Qué haces aquí?” Nada papá, entré al baño pero ya voy
para mi cuarto. Él hizo la mirada que siempre hace cuando no me cree nada de lo
que le digo.
Ya en mi cuarto recordé el cajón y recordé también porque
no había buscado en el, por que el metiche
de mi padre ni me habría permitido entrar a husmear en las cosas de mi
hermana.
No importa mañana será otro día y en algún momento ella
tiene que salir de ahí.
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